Era verano y hacia un calor pesado. La ropa que se podía observar en las calles
eran todas muy similares: remeras de
manga corta y bermudas cortas.
Ella no fue la excepción, tenia una blusita suelta y una
bermuda de jean clarita con ojotas.
La chica esperaba en una esquina a mi llegada mientras se entretenía con su
celular.
Todo sucedió muy natural, nos saludamos y me invito
inmediatamente a una plaza de la zona…
- - Vamos a una plaza por acá cerca - me dijo, podemos comprar algo para tomar y
nos quedamos sentados por ahí.
- -¡Dale!
Conteste con seguridad, siguiéndola.
De camino a la plaza había mas o menos unas siete cuadras,
que íbamos atravesando con una conversación
amena pero escueta.
- - ¿Tardo mucho el bondi? – me preguntó ella
- -Masomenos,
pensé que el viaje iba a ser mas largo…
- -Bueno pero llegaste re bien …
- -Si ya conocía esta zona, vine un par de veces
- -¿Conoces la plazita a donde te estoy llevando? –
me volvió a preguntar
-
No, pero te tengo fé- bromeé
Al llegar mi primera impresión de
la plaza fue linda. Se podía
observar poca gente pero muy amigable,
una bandita a lo lejos zapando unos acordes, y una luz tenue que hacia que esa
tarde/noche no parezca tan oscura
-¿Nos sentamos allá?- me dijo
ella, señalando un banquito de cemento
- lo que quieras, conteste
nuevamente con voz pausada mientras la seguía.,.- ¿Viniste muchas veces a esta
plaza?
- si, desde que soy chica, le
tengo un gran cariño, en un rato vas a ver que se va poner, y va a ir cayendo gente…
- ¡que bueno! me gustan las plazas con una
onda hippie jaja
- ¿hippie? Me replicó ella,
mientras sacaba el celular de su bolsillo y miraba la pantalla.
- si no sé… en capital no hay
plazas asi, son mas de cemento, con menos verde y no tan grandes…
-Cierto que sos porteñito vos… -
bromeeo ella
- te propongo un juego -le dije
interrumpiendola
- ella me miro azorada esperando mi propuesta con entusiasmo
Me miro 3 segundos reflexiva, llevo sus ojos hacia el costado como queriendo encontrar una respuesta y me
contesto: -me iria ya mismo a ver a mi
hermana y a mi vieja a mi casa… -¿vos? –
repregunto ella con una media sonrisa.
- -Yo… yo… (titubee
unos segundos). Y mirando hacia un costado
donde estaban los juegos le respondí efusivo;
- ¡yo iria a las hamacas! . E inmediatamente
me fui hacia estas dejando a la chica atrás.
Me senté en una de las tres hamacas que
tenían esos juegos. Eran dos de color
naranja y una de amarillo clarito. Ya sentado en la hamaca del medio la esperaba
a que se acercara para que me acompañe a jugar un rato.
- -Que manera rara de aprovechar tu última noche –
me dijo, mientras se sentaba en la hamaca de al lado, color amarillo clarito.
- -¿Vistes? Jugando con vos. ¡a ver quien llega más
alto! – le grite, y empecé a oscilarme.
Habrán pasado unos cinco minutos
de solo escuchar el ruido chillante de las cadenas de las hamacas subir y
bajar. Ninguno decía nada. Realmente estábamos jugando y nos mirábamos y
sonreíamos mutuamente, compitiendo a ver quien llegaba mas lejos.
- - ¿Tomamos algo?
– sorprendió ella, y freno con sus ojotas la hamaca, llenándose de arena
en sus pies.
- - ¿Que tenés ganas de tomar? -Le pregunté,
mientras mi hamaca lentamente se frenaba
- -Me quiero sacar la sed, vamos a ese kiosko de
enfrente. Se bajo y caminamos hacia allí.
-Ella compro una sprite para
compartir de 600
-¿Te gusta la sprite? - me
preguntó
-
aunque no me guste ya la tenes en tu mano – bromeé
-Jaa. Esto y unos chicles -le dijo al kioskero ,
mientras agarraba unos de menta, y le daba un billete de 50 pesos .
Regresamos a las hamacas pero
esta vez ya no para jugar. Corría un
airesito hermoso y su pelo se le pegaba en la cara.
“- Vaya...
–esbozo ella
- ¿Qué?
- Voy a confesarte algo. No esperaba divertirme tanto en una hamaca.
- Ja.” Yo para serte sincero tampoco jajaja. - ¿Crees que hay otros en otras plazas pasándola igual de lindo?- le pregunté inocente
- ¿Qué?
- Voy a confesarte algo. No esperaba divertirme tanto en una hamaca.
- Ja.” Yo para serte sincero tampoco jajaja. - ¿Crees que hay otros en otras plazas pasándola igual de lindo?- le pregunté inocente
- La
mayoría de las personas mataron a peter pan, en ocaciones siento que yo también
lo mate, pero a veces un viernes cualquiera te encontras con alguien que lo
saca del cajón y ahí lo viste- dijo ella. Solo atine a sonreír, y me quede callado escuchándola.
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