lunes, 18 de noviembre de 2013

Lentes oscuros

"Imaginemos que yo haya llorado, por cierta falta incidental de la cual el otro incluso no se ha dado cuenta (llorar forma parte de la actividad normal del cuerpo enamorado), y que, para que eso no se vea, pongo lentes oscuros sobre mis ojos empañados (hermoso ejemplo de negación: ensombrecerse la vista para no ser visto). La intención de tal gesto está calculada. quiero conservar el beneficio moral del estoicismo, de la "dignidad" (me tomo por Clotilde de Vaux), y al mismo tiempo, contradictoriamente, provocar la cuestión sentimental ("Pero, ¿qué tienes?); quiero ser a la vez lastimoso y admirable, quiero ser en el mismo momento niño y adulto. Haciéndolo juego, arriesgo: ya que siempre es posible que el otro no se interrogue en absoluto sobre estos lentes inusitados y que, de hecho, no vea ningún signo." Roland Barthes

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