jueves, 14 de marzo de 2013

Tristeza de Domingo a la tarde


(…) Es verdad, algunos han descubierto que el domingo a la tardecita hay más suicidios que en ninguna otra hora. Y esto podría tener esta explicación: a saber, que el fin de semana suele ser para muchos una esperanza. La esperanza de que algo se produzca en la vida. Que algo venga a romper el aburrimiento; de que alguien nos venga a salvar la vida con una palabra; que conozcamos una persona maravillosa, de que suceda alguna cosa que produzca un cambio en nuestra vida. Después de todo, la única manera de combatir al aburrimiento es con modificaciones.
El aburrimiento consiste en la sensación de que no hay próxima ninguna modificación (…) Y el domingo a la tarde sucede lo mismo que en las fiestas a las 5 de la mañana: que uno se da cuenta que ha esperado en vano, que no ha ocurrido nada extraordinario, que no han venido personas a salvarnos la vida, que no hemos conocido a mujeres maravillosas. Y entonces tiene sabor a desengaño esa hora.(...)

Dolina

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